lunes, 2 de abril de 2012

Dos meses...

Dos meses han pasado ya desde que le dimos su último beso, su último adiós. Dos meses que se han hecho largos para algunas cosas, cortos para otras, pero en ningún momento nos hemos olvidado, y jamás lo haremos.



Todo empezó hace muchos meses, poco antes del verano...Todo vino desde que se reprodujo la tan famosa enfermedad que revolotea entre nosotros, en el mismo sitio de hacía 8 años. Obviamente saltaron las alarmas. Pruebas y más pruebas, que confirmaban que el tumor iba creciendo poco a poco y hacía presagiar lo peor. En un primer destino, se iba a realizar una biopsia, que por suerte, no se llegó a realizar (más adelante sabréis el por qué).

Allá por octubre, otro destino, otras esperanzas. Se empezaba a preparar la operación para acabar con todo. Como toda operación, tenía sus riesgos, pero esta tenía algun aliciente más, como puede ser la edad, las operaciones pasadas, etc. Entre unas cosas y otras, la operación se alargó hasta finales de enero, ¿puede que esto influyera en el resultado final?, puede que sí, puede que no, a saber. Mientras tanto, poco a poco la desmejoría física se iba viendo, se notaba que iba de mal en peor.

El pasado 22 de enero, podría decirse que empezó la recta final. Tuvimos la gran suerte de estar en la última comida que disfrutó con todos (así lo quería ella, tenía en mente que no salía). Todos intentábamos poner nuestra mejor cara posible, dar nuestros mejores ánimos, aún sabiendo que la cosa podía ir difícil, pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿no? Esa misma tarde, tarde de domingo, se realizó su ingreso en la habitación del hospital, estando con ella hasta la noche, cuando ya no nos dejaban estar por allí.

El lunes bien temprano, poco antes del alba, tras el intento de dormir de la noche anterior, nos subimos al hospital para estar el máximo tiempo posible allí. Poco después de las 9 de la mañana, vinieron para bajarla a quirófano y prepararla para la operación. Nerviosa, en la camilla, pasillo adelante, diciendo comentarios "cuidaos mucho..."; nosotros intentando disimular el máximo posible. Cuando se cerraron las puertas de la zona de quirófanos, se nos vino el mundo encima...Los segundos parecían minutos; los minutos parecían horas; las horas...días. Salían médicos corriendo, entraban más aún...pero no queríamos darle importancia a eso. En total pasaron casi siete horas desde que entró hasta que salío el médico para avisar a los familiares. Era un despacho pequeño, por lo que entraron unos cuantos. Afuera me quedé yo con mi hermano, y cuando vimos la cara del médico, ambos dijimos lo mismo "mal asunto...". Pasaban los minutos, no sabíamos donde meternos, hasta que salieron l@s hij@s, todos derrumbados...nadie decía nada, mi hermano y yo nerviosos, hasta que poco a poco nos dijeron lo que había. El tumor se encontraba en una zona complicada, al lado de una de las venas principales que tenemos en el cuerpo, y cuando dijeron de dar el corte, el tumor estaba lleno de pequeñas venas, lo que provocó una gran emorragia que llevaban mucho tiempo intentando salvar y no había manera de cortar. Finalmente lo consiguieron, de manera provisional, dejando unas gasas taponando.

De ahí, fue directa a la UCI. En ese trascurso, todos se bajaron para despejarse un poco, pero yo me quedé junto con dos de mis tías, sin saber que iba a pasar por delante nuestra. Cuando lo hizo, como si de una máquina se tratase, tubo en la boca, suero, cables por todos sitios...Hablando claro, enchufada a una máquina. En ese momento, todas mis esperanzas se desvanecieron, se diluyeron como si de sal en agua se tratase. Ya en la UCI, según pasaban las horas, nos decían que estaba estable dentro de la gravedad, pero nos confirmaron que cuando llegó allí, estaba prácticamente fallecida, empezó a recuperar algo cuando la trasfusión hizo efecto. Sólo dos visitas diarias, una al mediodía y otra por la tarde, con un cristal entre medias, ella no nos veía, nosotros a ella sí, estaba sedada.

Según iban pasando los días, según el parte médico, iba mejorando. A los dos días de su ingreso en la UCI, miércoles, le realizaron una prueba para ver si la hemorragia había parado. Y así fue, no había ya hemorragia, por lo que al día siguiente, jueves, iba a ser nuevamente intervenida, para quitar las gasas, y ver realmente si había parado, pues era la prueba de la verdad. La operación no duró más de hora y media, y salió bien dentro de lo malo, no había hemorragia, pero obviamente volvería a la UCI. Nos avisaron que ahora venía lo difícil, si salía adelante iba a sufrir. Viendo ya que ese sábado seguía bien, nos subimos a Madrid para seguir con la rutina, pero estar atentos. Cada vez que sonaba el teléfono nos estremecíamos, sobretodo estando yo en el trabajo y viendo que me llamaba mi madre...Como yo tenía días de libranza, íbamos a bajarnos el miércoles de esa segunda semana, pero estando el lunes en el trabajo, uno de esos pensamientos que se te pasa de manera fugaz por la cabeza, de esos que se suele decir "la primera idea es la que vale", decidí pedir el martes de vacaciones y bajarnos bien temprano. En estos casi tres días que estuvimos por Madrid, a uno le sirvieron para darse cuenta de cómo son l@s que te conocen, te das cuenta del apoyo que te dan ya sea en persona, por teléfono o por correo, pero ahí están. He de decir que me sorprendí con varias personas, algunas con las que he tenido más roce, con otras menos, o simplemente nos conocemos de tratar por teléfono o correo, pero tuvieron el detalle de preguntar qué tal iba todo y dando su apoyo para que saliese todo bien. Esas personas saben quiénes son, esas personas no sé si llegarán a leer esto algún día o no, pero sólo quiero decirles GRACIAS, son detalles que uno tiene que tener en cuenta.

Tras confirmarlo, ese martes nos bajamos. Durante el viaje, mi madre recibió una llamada de mi tía, para decirle que estaba todo igual, ni mejor ni peor, pero que le había dado algo de fiebre, y según el médico, algo normal...

Conducía yo, iba incómodo...Intentando apurar los límites de velocidad. Llegamos justo a tiempo para la visita del médico...No me gustó su cara. No sabía cómo dar la mala noticia, la noticia que yo llevaba esperando una semana...No salía de aquella. Según nos dijo el médico, al "remover" el tumor, eso pudo afectar al sistema respiratorio. Parece ser que todos los órganos funcionaban perfectamente, excepto los pulmones, que por así decirlo, no querían trabajar sin la ayuda del oxígeno...Aunque poco a poco se iba juntando todo, porque no terminaba de despertar de la sedación, aún teniendo en cuenta que llevaba una semana así, no era muy normal que tardase en despertar. Nos dijeron que avisásemos a familiares de fuera, porque podía durar horas, días, no sabían decírnoslo.

Desde ese momento, a uno se le van las ganas de todo, de saber del exterior. Uno se encuentra en una nube, en un "no me lo puedo creer"...Incluso, llorando más por rabia que tristeza, pues es duro llevar a una persona al hospital, andando por su propio pie, y salir como salió, es duro. Y es duro ver que todo se complicó por algo que nadie se esperaba...Fue duro el martes y el miércoles. Sobretodo el miércoles, fue el día que se decidió subirla a planta, para que estuviésemos con ella los últimos momentos. Yo estaba destrozado ya, era una semana casi sin dormir, dándole vueltas a la cabeza, llorando, así que ese miércoles me bajé a dormir a casa. Obviamente esa noche tampoco dormí, así que sólo sirvió para darme una ducha rápida. Cabe señalar, que ccuando llegamos, el perro que tenemos por allí, aullaba, era un aullido extraño que no hizo hasta esa noche. Muchas veces he escuchado eso de que cuando un perro aulla...malo. A eso sí que le dí importancia, y mucha...

El jueves, bien temprano, nos subimos para ver qué tal iba la cosa. Cuando pasó el médico, se sorprendió, porque según él tuvo una mejoría, incluso iban a meter alimentación por sonda. Yo le notaba igual, pero la respiración (que seguía siendo ayudada con mascarilla), la veía algo más "apagada". Entre esas, entraron para cambiar sábanas y demás. Esto no fue más de diez minutos, y en cuanto la vimos, estaba haciendo unos gestos extraños, como si de un dolor se tratase, y los dedos iban siendo algo más oscuros de lo normal...Avisamos al médico, y como alma que lleva el diablo apareció, corriendo. Vio lo que ocurría, y nos indicó que ya empezaba a agonizar...derrumbe total ya, aunque sabíamos lo que había. Cada vez iba respirando de forma más lenta, como si de un juguete de pilas se tratase, cada vez menos. Aproximadamente una media hora estuvo así, hasta que en los últimos segundos, abrió los ojos de par en par (cosa que no había hecho), miró por toda la habitación, nos vio a todos, se le cayeron dos lágrimas, los cerró y quedó en off...

Vinieron momentos muy duros, y también buenos, porque el tanatorio estaba a reventar de gente, muchos ramos de flores, coronas, etc. Ese es uno de los momentos en que te das cuenta la gente que la quería. Al día siguiente, viernes, se realizó la misa en la localidad donde vivía, con el cuerpo presente. El fénetró entró a nuestros hombros, de hijos, sobrinos y nietos. En una de las conversaciones que teníamos con ella muchas veces, le decíamos "al igual que te paseamos con el coche, el día que fallezcas, te paseamos a hombros". Se reía, obvio, pero si es verdad que los muertos ven, creo que puede estar muy orgullosa de nosotros, no la mentimos.

En resumen, una experiencia dura, con altibajos, pero que gracias al apoyo de muchas personas, se ha podido superar.

Gracias por vuestra lectura.

1 comentario:

  1. Conmovedoras palabras. Espero que darles salida sobre el papel -digital- te haya servido de consuelo como a tantos nos sirve. Ante todo has de tener muy presente que la vida sigue, y tratar de vivir siempre, cada segundo de tu vida, inmerso en la certeza de que esto se acaba, de que está acabando desde el día en que nacemos. Por ello hay que intentar aprovechar cada uno de esos segundos, y tratar de lograr un punto en el que al perder a un ser querido podamos recordar lo que hicimos por él, y no lo que dejamos de hacer.

    Ánimo, queda mucho que hacer :)

    Un abrazo.

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